Have you been having relationship trouble lately? It might be time to consider sex therapy. This beginner's guide will help get you started.
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Qué es la terapia sexual | ¿Funciona? | Cómo encontrar | Resultados personales
El sexo es un hilo conductor en gran medida tácito que une a toda la humanidad. Aunque casi todo el mundo tiene relaciones sexuales y el sexo es vital para la supervivencia de nuestra especie, es un tema del que muchas personas sienten gran incomodidad al hablar.
Esto es especialmente cierto cuando se trata de problemas sexuales.
Las dificultades de rendimiento sexual tienden a hacer que las conversaciones sobre el sexo queden en la sombra, ya que la vergüenza, el pudor y la preocupación pasan a primer plano.
Por ejemplo, la disfunción eréctil (DE) es una de las dificultades sexuales más comunes. A pesar de lo común que es, muchas personas que la padecen sienten que su problema es inusual. Sin embargo, un estudio histórico llamado Massachusetts Male Ageing Study (MMAS) descubrió que más de la mitad de los participantes del grupo de edad de 40 a 70 años habían informado de algún caso de disfunción eréctil, lo que la convierte en un hecho bastante normativo.
La práctica reconoce que el sexo en sí mismo es una empresa increíblemente compleja -física, mental, emocional y, a veces, incluso espiritual- y, por lo tanto, el tratamiento de las dificultades sexuales debe ser igualmente matizado e informado.
Su terapeuta utilizará los conocimientos que obtenga para ayudarle a evolucionar positivamente en sus sentimientos actuales sobre el sexo, asegurándose de que sea capaz de conectar mejor con sus parejas sexuales actuales y futuras.
Cualquier persona cuya calidad de vida se haya visto afectada negativamente por una disfunción sexual
Antes de buscar la ayuda de un terapeuta sexual, le recomendamos que aprenda más sobre los medicamentos populares de venta libre que tratan las disfunciones sexuales más comunes, como Promescent
Admitir o reconocer problemas sexuales como la disfunción eréctil es casi imposible para muchos debido al estigma asociado con tener una dificultad sexual, y obtener ayuda para ello es una fuente de aprensión, incluso para muchas personas de mente abierta y sexualmente positivas.
Es una pena, porque la ayuda está disponible para la mayoría de los que sufren en silencio.
La terapia sexual es mucho más común y accesible de lo que la mayoría de los posibles pacientes podrían imaginar, y no sólo puede resolver la mayoría de las dificultades sexuales, sino que puede ayudar a mejorar las conexiones sexuales con la pareja.
Tanto si un paciente tiene problemas para realizar el acto sexual en sí, como si lucha contra la culpa interna por el placer, o si parece que no puede concentrarse y permanecer en el momento, la terapia sexual puede ayudar.
La práctica reconoce que el sexo en sí mismo es una empresa increíblemente compleja -física, mental, emocional y, a veces, incluso espiritual- y, por lo tanto, el tratamiento de las dificultades sexuales debe ser igualmente matizado e informado.
Sin embargo, la terapia sexual está muy mal entendida.
Uno de los mitos más extendidos es que se trata de una práctica manual, así que aclaremos esto desde el principio. El terapeuta no está ni estará físicamente presente durante los actos sexuales.
Más bien, hablará de los sentimientos y experiencias de cada miembro de la pareja, ayudando a descubrir la autorrealización y a transformar los pensamientos y comportamientos perjudiciales para la relación que están afectando a la salud sexual. Y si las dificultades sexuales tienen una causa biológica, los medicamentos u otros tratamientos pueden formar parte de la ecuación.
Tanto los individuos como las parejas pueden beneficiarse de la terapia sexual; no es una solución "sólo para parejas". Muchos pacientes sin pareja confían en las visitas regulares para ayudarles a construir una base para unas relaciones futuras saludables.
Los terapeutas sexuales son un grupo diverso de personas, pero generalmente tienen títulos en psicología, psiquiatría o algún tipo de asesoramiento en salud mental.
Algunos tienen certificaciones de organizaciones profesionales de terapia sexual, como AASECT, mientras que otros no. Sin embargo, para garantizar una atención competente, suele ser mejor encontrar un terapeuta certificado.
Cuando alguien visita a un terapeuta sexual, éste comenzará por conocer a su(s) paciente(s) a través de una breve historia y haciendo una serie de preguntas.
Aunque las preguntas pueden parecer bastante personales, es importante que el terapeuta conozca cualquier trauma pasado o relación poco saludable que haya tenido, ya que pueden ser la raíz de sus problemas sexuales.
Sepa que no está ahí para juzgarle o avergonzarle (y si lo hace, es hora de buscar un nuevo terapeuta), sino para ayudarle a detectar las causas subyacentes y desarrollar soluciones eficaces para ellas.
El terapeuta utilizará los conocimientos que obtenga para ayudarle a evolucionar positivamente sus sentimientos actuales sobre el sexo, asegurándose de que pueda conectar mejor con sus parejas sexuales actuales y futuras.
En resumen, un terapeuta sexual escucha, examina, explica y sugiere formas de mejorar tanto su vida sexual como su relación con su(s) pareja(s), al tiempo que le ayuda a superar traumas pasados o comportamientos negativos aprendidos en el camino.
La terapia sexual funciona, y tiene un alto índice de éxito en general.
Sin embargo, el éxito de cualquier tipo de terapia depende, en gran parte, del paciente. Si un paciente no está dispuesto a profundizar en los problemas del pasado para hablar de ellos, o no está dispuesto a comprometerse o explorar soluciones con su pareja, la terapia sexual no tendrá muchas posibilidades de marcar la diferencia.
Las dos cosas más importantes que un paciente puede traer a una sesión de terapia sexual son una mente abierta y una voluntad de cambio.
Es importante que el cambio se realice no sólo en beneficio de cualquier pareja en el cuadro, sino también para el propio paciente; de lo contrario, cualquier mejora está destinada a ser temporal, en lugar de significativa y duradera.
La terapia sexual funciona mejor para los individuos y las parejas que están realmente comprometidos con el éxito, es decir, aquellos que desean mejorar su matrimonio o su relación de pareja y acercarse a la persona que aman, en lugar de aquellos que se acercan a la terapia como un esfuerzo apresurado y desesperado por "salvar" una relación que está en peligro.
Aunque este tipo de terapia tiende a tener un efecto positivo neto en la pareja, el mayor impacto se produce antes de que el resentimiento tenga la oportunidad de establecerse.
Las parejas que permiten que los problemas se agraven durante demasiado tiempo tienen más dificultades para abrirse a los tipos de cambios necesarios para resolver eficazmente sus problemas.
Siempre que sea posible, piense en la terapia sexual como una medida de apoyo, más que como un último esfuerzo. Corregir un problema sexual persistente desde el principio es mucho más fácil que sacar una relación del abismo después de años de sentimientos heridos y mala comunicación.
Muchas dificultades sexuales tienen su origen en problemas de salud física. Por ejemplo, muchos casos de disfunción eréctil se derivan de problemas cardiovasculares que afectan al flujo sanguíneo del pene. Sin embargo, otros problemas (incluidos algunos casos de disfunción eréctil) están causados por obstáculos y temores mentales, como la ansiedad por el rendimiento sexual, o SPA.
La SPA afecta tanto a hombres como a mujeres, pero tiene una prevalencia mayor en los hombres: una diferencia del 9-25% frente al 6-16%, respectivamente. La terapia sexual para la SPA aborda estos problemas en su origen: la mente.
La ansiedad por el rendimiento sexual puede manifestarse de varias maneras; no existe una "única forma" de diagnosticar y tratar todos los casos.
Al igual que ocurre con muchos problemas sexuales, el terapeuta tomará una decisión sobre el tratamiento una vez que haya tenido la oportunidad de hacer preguntas y explorar el problema en profundidad con usted.
Por ejemplo, la ansiedad de rendimiento sexual puede manifestarse en forma de un hombre incapaz de conseguir o mantener una erección, o de una mujer incapaz de relajarse lo suficiente para una penetración cómoda.
El SPA también puede interrumpir un acto sexual que comenzó sin problemas iniciales, haciendo que uno o ambos participantes sexuales se "congelen", haciendo que el sexo sea incómodo, doloroso o incluso imposible.
Los hombres que luchan contra el SPA también pueden experimentar una eyaculación precoz, un evento en el que el clímax se produce antes de lo deseado, a menudo antes de que el acto sexual tenga la oportunidad de comenzar en serio.
La terapia sexual para la eyaculación precoz puede consistir en técnicas especiales de ejercicio, como la autoestimulación para llegar al clímax antes de iniciar el acto sexual con la pareja más tarde para asegurar un mejor control eyaculatorio.
La terapia sexual ayuda a disminuir o incluso eliminar la eyaculación precoz a través de una variedad de métodos, adaptados a las necesidades específicas del paciente. Estos pueden incluir prácticas como la terapia cognitivo-conductual (TCC)
técnicas de meditación, o sugerencias de ejercicios sexuales que disminuyan la presión para actuar y promuevan un encuentro más natural.
Los ejercicios físicos se dan como "tarea" después de la sesión con el terapeuta. Durante la propia sesión, el terapeuta puede
Un enfoque integral para curar el bienestar sexual, tanto en individuos como en parejas, suele utilizar más de una de estas terapias para aumentar las posibilidades de éxito.
El abuso sexual es angustiosamente común: 1 de cada 9 niñas y 1 de cada 53 niños son abusados sexualmente antes de los 18 años. Los índices de abuso y agresión sexual son aún más altos entre los estudiantes universitarios. Experimentar un trauma sexual puede contribuir a una amplia gama de dificultades sexuales.
Para las víctimas, la recuperación física del trauma sexual es sólo una pequeña parte del camino hacia la recuperación. Los efectos mentales y emocionales pueden persistir durante años -a veces décadas- y repercutir posteriormente en las relaciones, los matrimonios y otros aspectos, a veces sin que la víctima se dé cuenta de todos los efectos. La terapia sexual para el trauma ayuda a las víctimas a "desempacar" las emociones que acompañan a la curación de una manera segura y supervisada bajo la guía de un terapeuta.
Un terapeuta sexual proporciona un espacio seguro para responder a preguntas importantes pero dolorosas, como "¿cómo me ha hecho sentir eso?", sin el estigma que suele suponer reconocer la agresión sexual ante los demás.
Las reacciones emocionales no resueltas que se derivan de un trauma pueden hacer que el sexo sea doloroso o incluso aterrador, incluso cuando es con alguien a quien se quiere. Un terapeuta puede ayudarle a superar esa conexión no deseada forjando una nueva y positiva.
Los ejercicios para superar el trauma sexual pueden incluir llevar un diario, terapia de conversación, terapia cognitiva conductual, ejercicios de respiración y experimentación sexual proactiva con una pareja para ayudar a definir y reforzar los límites saludables durante el sexo.
Nota: Abordar el componente de disfunción sexual de la recuperación del trauma es importante para la salud general. Sin embargo, a menudo es útil consultar a un terapeuta sexual junto con su terapeuta habitual para obtener un enfoque holístico que le beneficie tanto dentro como fuera del dormitorio.
Para tratar la disfunción eréctil de forma eficaz, un terapeuta sexual analizará en detalle sus observaciones y plazos médicos para determinar si un enfoque farmacéutico, psicológico o híbrido será el más adecuado.
Le hará preguntas específicas y explorará su historial sexual con usted para averiguar cuándo empezó el problema, si sólo ocurre en determinados escenarios (o con determinadas parejas), y también si es intermitente o persistente.
La gravedad también es importante: si las técnicas de meditación, los ejercicios físicos y las herramientas como los anillos de erección no ofrecen una ayuda significativa, el terapeuta puede indicarle que hable con su médico de cabecera para que le recete un medicamento para la disfunción eréctil como Viagra o Cialis.
Por lo general, un terapeuta sexual le guiará a través de ejercicios mentales y físicos para realizar como tarea antes de recurrir a las vías de medicación, pero el diagnóstico variará de un individuo a otro.
Las condiciones de salud existentes, como la presión arterial alta, también pueden afectar a la seguridad y eficacia de la toma de ciertos medicamentos para la disfunción eréctil.
Al igual que la terapia tradicional, las sesiones y los proveedores están disponibles en línea y fuera de línea, dependiendo de su nivel de comodidad y acceso a la atención.
Encontrar un proveedor de terapia sexual cerca de usted es tan simple como una búsqueda en Internet en la mayoría de los casos, y le permitirá buscar ayuda y soluciones de varias maneras.
En algunos casos, los terapeutas sexuales que normalmente sólo ofrecen sesiones en persona pueden estar dispuestos a ampliar sus servicios a una sesión online o telefónica. Una vez que encuentre un terapeuta que se adapte a sus necesidades, puede preguntar si esta opción está disponible.
Cuando busques un terapeuta sexual, lo ideal es que intentes encontrar uno que esté certificado por una organización de prestigio como la AASECT, la Asociación Americana de Educadores, Consejeros y Terapeutas de la Sexualidad. Tienen una herramienta de localización de terapeutas en su sitio web para su comodidad.
Superar el estigma del sexo como un acto vergonzoso o culpable puede parecer una batalla cuesta arriba, pero la vista desde la cima merece la pena.
Te mereces una vida sexual sana, feliz y satisfactoria, independientemente de tu historial sexual y de relaciones.
Tu terapeuta sexual es tu aliado y puede ayudarte a conseguir más placer, pasión y diversión con tu(s) pareja(s), además de ayudarte a sentirte mejor contigo mismo en el camino.
Si no te decides a trabajar con un terapeuta sexual, regálate una mente abierta: respira hondo, comprométete con tu felicidad y pide una cita en persona, online o por teléfono.
Dr. Justin Lehmiller is a social psychologist and Research Fellow at The Kinsey Institute. He is author of the blog Sex and Psychology and the popular book Tell Me What You Want: The Science of Sexual Desire and How It Can Help You Improve Your Sex Life. He is also a prolific researcher who has published more than 50 academic works, including a textbook titled The Psychology of Human Sexuality that is used in college classrooms around the world. Dr. Lehmiller is one of the media's go-to experts on sex and has been interviewed by The Wall Street Journal, The New York Times, and CNN; he has also appeared on dozens of radio, podcast, and television programs.
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